SISTEMA PENITENCIARIO DE OTRO PLANETA

Esta mañana, 11 de enero de 2010, me levanté para “desinformarme” a través de los diversos programas de televisión que existen en nuestro país.

En una de las entrevistas que se dieron, habló una Dra. Encargada de las donaciones o multas que se cobran para conmutar penas en algún recinto penitenciario nacional. Dijo que el 50% de las multas o donaciones van a parar a diversos gastos del sistema penitenciario nacional y el otro 50% se destina al poder judicial. Según la encargada, con ello se hacen mejoras, existen huertas, piscicultura, lombricultura y talleres para rehabilitación; en síntesis nombró una serie de cosas que se han dado mediante estas donaciones, pero jamás aclaró en que país se han invertido estas donaciones, porqué la cárcel que yo conozco, ubicada en Alto Paraná, dista mucho de esa realidad.

Hace unas semanas, cuando fui a visitar a un amigo, Carlos Paiva, luchador y honesto dirigente campesino, la realidad era otra. La visita duró algo más 90 minutos y en ese breve espacio de tiempo, tuve la oportunidad de ver, un poco de la realidad triste en que se manejan los presos.

Un grupo de detenidos, ubicados en un 2do piso de una de las alas de la “moderna” institución, con aspecto sombrío, poca higiene y en salas oscuras, de entre 6 o 7 personas, tiraban unas bolitas hechas con muchas bolsitas plásticas, que estaban unidas otra vez a una cuerda hecha también de restos de bolsitas plásticas, gritaban ¡¡¡por favor unas moneditas!!!, una y otra vez, con insistencia y varias veces; todo esto a la vista de todas las personas que estaban dentro y también a la vista de los guardias.

Sin mucho preguntar, me di cuenta que algo no estaba bien y seguí indagando un poco, con gente que ya había estado dentro y me confirmaron que el dinero que se coloca allí, es luego entregado a los guardiacárceles a cambio de saldo para teléfonos celulares (por 15.000 te cargan 5.000), para comprar drogas (de los mismos guardiacárceles) y para obtener alguna comida o algo así de vez en cuando.

Y sí, viendo esto, lo único que faltaría saber es ¿A qué país van destinados los grandes fondos de las multas y donaciones? Porque aquí no van a parar.