Lula,
Bernstein y Juan Pérez
(Por Fabian Franco)
(Por Fabian Franco)
22/05/2007
Sin
duda alguna, la política de “fortalecimiento del estado”, no en manos del los
obreros organizados en Comunas, sino del neoliberalismo organizado en
monopolios es el aporta más significativo del gobierno Lula al proceso de “cambio”
en la región, que a medida que pasa dista más de lo podríamos llamar
“izquierda”.
En
principio, Lula tenía un discurso de masas, con visiones de erradicación de la
pobreza, la reforma económica del estado. El pueblo brasileño, y por que no
decir, del mundo, incluidos los comunistas, saludamos con alegría un proceso
que prometía ser otra cosa diferente de lo que fueron los gobiernos anteriores.
En efecto, el gobierno Lula hizo más cosas y dio más participación de los
espacios gubernamentales al pueblo y las organizaciones sociales, lo que motivó
un freno a las crecientes protestas para esperar a ver que sucede, dando tiempo
para que se coloquen las piezas.
En
efecto estas piezas están colocándose. Lula, es recibido por George Bush en su
quinta, en el lugar donde son recibidas las personas con las que se quiere
tratar un tema muy importante. ¿cuál habrá sido el tema que trataron? No es de
sorprenderse si dentro de poco vemos a empresas brasileñas con capital yanqui o
empresas directamente yanquis que ganen licitaciones públicas del estado
comprando grandes extensiones de tierra para plantar caña de azúcar, palmera
aceitera, tung u otro vegetal que pueda producir biodiesel o bioetanol. Tampoco
debe sorprendernos ver embotelladoras de agua, explotadoras de energía
geotérmica y por supuesto, esclavos paraguayos y brasileños que trabajaremos en
estas plantas, para hacer más barata la energía o los procesos que allí se dan.
Mientras
Chávez intenta acercarse a Kautsky y superarlo, buscando algunas medidas en Marx,
Engels, Lenin y Jesús, Lula se hace amigo de Max Weber, Bernstein y por lo
visto de Talcot Parsons y aparece por ahí todavía con el mismo aire de
dirigente, de hermano del pueblo, de amigo.
Creo
que un gran inspirador pudo haber sido Demóstenes, pues con discursos no vamos
a cambiar la estructura del estado. Por supuesto que culpar a Lula, a un solo
hombre de un proceso tan complejo como es la dirección de un país sería querer
decir que la culpa de todo esto la tiene Adán porque comió la manzana. Es evidente
que las cámaras de diputados y de senadores, junto con los ministros y las
organizaciones sociales deben también ser tenidas en cuenta; pero Lula ejerció
una gran influencia sobre las conciencias de las personas, que ni dos cámaras
juntas hubieran podido hacerlo, lo cuestionable es su prestación para fines que
ayudan al neoliberalismo.
Esperemos
que las organizaciones sociales se levanten y puedan dar un giro al proceso de
deterioro de la construcción unitaria de América Latina, pues sin Brasil el proceso
de acercamiento, el sueño de Bolívar tendrá que esperar aún un considerable
tiempo, tiempo que no tenemos ya el mundo se está acabando y junto con él las
esperanzas de la humanidad. No más mentiras, no más combustibles alternativos y
políticas para producirlo, un cambio social, el socialismo es la única vía que
podrá hacer sustentable la producción y el consumo.
Fabian Franco
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