sábado, 21 de marzo de 2020

CORONAVIRUS - PARAGUAY ¿SE APLANA LA CURVA O SE EMPEORA EL ESCENARIO DE INVIERNO?

    Por Fabián Franco
(revisión y corrección Viviana Ruiz)

El 18 de junio del 2019 en Noticias Paraguay (Medio Informativo) una noticia afirma que ya llegan a 170 los muertos por cuadros respiratorios, algo denominado “normal” en esas épocas del año, por la temporada de frío. También informa que el agente más común es la influenza y afecta al adulto mayor. El 6 de julio del mismo año, una noticia habla de que un 75% de todas las consultas en un Hospital son por cuadros respiratorios, donde al final también habla de las medidas a ser tomadas en cuenta.
Si 170 personas ya han muerto por cuadros respiratorios el año pasado y un 75% de las consultas son por enfermedades relacionadas, lo que también hace colapsar el sistema de salud, dos preguntas me vienen a la mente:
1) ¿Por qué no se extreman las medidas de prevención en la población y se divulgan las informaciones de manera agresiva en esas épocas?
2) ¿Por qué no se alarma la población ante el número tan elevado de muertes?
Los problemas respiratorios en general, tienen distintas causas, citaré algunas de ellas (no todas):
- Infecciones virales (incluye, gripe, resfrío común)
- Inhalación de humo (incluye quemar basura, incendios, fumar)
- Asmáticos (nacen con un problema que los hace enfermarse seguidamente)
- Intoxicación por sustancias tóxicas (incluye agrotóxicos, pinturas, elementos de limpieza).
- Polvo o contaminación ambiental
Como bien dijimos, una noticia hablaba de un 75% de consultas por cuadros respiratorios, lo que no dista mucho de la realidad del país habiendo evidencia de que los mismos fueron en aumento con el correr de los años, producto de la contaminación de las ciudades, el humo de los automóviles, los incendios tanto domésticos como del agro y la exposición a agrotóxicos.
El 1ro de octubre de 2019, un NODAL (medio informativo) comenta que la Secretaria de Emergencia Nacional emitía un informe en el que informaba que 312.528 hectáreas ya habían sido consumidas en el chaco paraguayo a raíz de incendios, de las cuales 1.500 personas ya habían sido atendidas por cuadros respiratorios y conjuntivitis. De la misma manera que el COVID-19, los cuadros son menos leves para gente joven, pero pueden y son letales para personas de mayor edad, que también podría llevarlos a la muerte.
Las denuncias por fumigación indebida, las intoxicaciones por agroquímicos, también son moneda corriente, un informe del 2014 apoyado por la Secretaría de Vigilancia Sanitaria (Pedrozo 2014) habla de que un 13,7% de las intoxicaciones (respiratorias o no) reportadas en el país, son a consecuencia de agrotóxicos.
El 93% del territorio del Alto Paraná está sembrado, correspondiendo un 65,2% a la soja (Avila 2018). También un estudio periodístico (Ladaga 2015) sobre agroquímicos, evidencia cómo estos son usados indiscriminadamente por parte de los agricultores de la zona, sin un control eficiente por parte del estado.

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Tratando de contestar las preguntas, es evidente que no existe una voluntad del gobierno de controlar los casos respiratorios, pues si nos pusiéramos a ver que cada año, son más de 100 los muertos/as por este tema y que las condiciones de vida en el país, los agrotóxicos, los incendios y la quema de basura son un elemento fundamental para que esto siga así.
La diferencia en el caso del coronavirus, es su rápida propagación y fundamentalmente, no afecta más a la gente pobre, sino que no hace distinción de clases, afecta a todos/as por igual, por lo que ir en camionetas con acondicionador de aire o estar menos expuestos a las fumigaciones, no impide que el virus pueda matar a personas en su mayoría mayores a 60 años, sean estas de cualquier estrato social o lugar del país que se encuentren en contacto con otras personas.
Por otro lado, la epidemia del coronavirus no hubiera sido posible, si no existiera un intercambio tan amplio de bienes y servicios en todo el mundo, junto a las personas que gerencian estos bienes (empresarios/as, políticos/as, gerentes).
Los sistemas de salud, ya estaban colapsados antes en el Paraguay, cuando desde el gobierno de Cartes se vienen dando recortes o limitaciones en el presupuesto del Ministerio de Salud, luego del golpe parlamentario a Fernando Lugo y el posterior gobierno de Cartes, como lo evidencia un artículo de NODAL del 10 de setiembre del 2015.  Esta situación no ha cambiado mucho con el nuevo presidente, del mismo partido que el anterior (Partido Colorado), incluso el ministro de Salud en noviembre del 2019 ya hablaba de los problemas que habría por los recortes, e incluso pacientes oncológicos estaban preocupados y manifestaban su indignación, pues veían problemas en sus tratamientos.
No hay que cambiar de ministro, no es una solución encontrar una vacuna, el sistema de producción que pone en primer lugar el lucro, por encima del bienestar social, que no combate los incendios forestales (Bolsonaro rechazó ayuda para ello), no cuida las fumigaciones indebidas y no controla las epidemias desde la prevención, sino que lucra, junto con empresas del ramo farmacéutico, es el responsable de miles de muertes y miles de millones de dólares en gastos de terapias cada vez más costosas y por largos periódos de tiempo e incluso vitalicias.
La cuarentena, evitará que se dispare el pico en verano (antes del 21 de marzo) pero no evitará que se dispare luego, lo que podría poner en mayor riesgo a la salud en general, pues estaría dándose el pico en la época en donde ya habitualmente se registran el mayor número de consultas y muertes año a año.
No soy epidemiólogo, es fácil disparar desde afuera y creerse más inteligente que quienes en este momento están luchando por evitar un desastre, pero sí quiero emitir una opinión (errada o no) en base a los últimos acontecimientos.
Cualquier tipo de catástrofe sanitaria era evidente en países (como el nuestro) donde la salud pública es un negocio, donde se recortan los presupuestos para salud y donde la enfermedad es un negocio y la medicina es curativa, no preventiva.
Pienso que hubiera sido mejor, dejar que la epidemia se transmita lo más rápido posible entre las personas de menor riesgo y con más defensas (jóvenes, niños/as) y guaradar cuidado con los ancianos/as, obesos, cardiópatas e inmunocomprometidos/as, hacerle frente en verano, cuando no existe una sobrepoblación de pacientes con cuadros respiratorios y trabajar desde ahora en políticas de prevención y control de enfermedades, por encima de las acciones meramente paliativas, como es actualmente nuestro sistema de salud.
Más médicos de familia, epidemiólogos, unidad de salud de la familia, con controles domiciliarios con políticas de empleo y seguridad alimentaria, con un cambio de sistema económico; serían una manera de paliar el problema, de todos los que vienen y están. La cooperación como base de la acción social, la distribución de tierras, con planes de desarrollo social, centros de distribución, créditos a los pequeños productores, seguimiento y asesoramiento también evitarían el desabastecimiento, el control de precios y la dependencia de la importación.
Con una población alimentada, con vivienda y trabajo, se pueden establecer políticas de educación, a fin de que las políticas de salud y de información puedan ser útiles a la hora de estar ante un escenario como el actual.
Sin embargo, el país tiene más de 1/3 de pobreza, desempleo, analfabetismo funcional e inseguridad social. Las políticas de salud, no son efectivas y el grito de quienes insultan y tratan de “ignorantes” a quienes no guardan cuarentena, no soluciona el problema y lo empeora, pues la rabia, la psicosis y el desenfreno empujan a la población a no sólo tomar distancia física, sino también distancia social.
Debemos reflexionar todos/as, si queremos seguir en este sistema económico individualista, que no combate los flagelos sociales si son rentables para una minoría generando exclusión social y violencia estructural, o queremos una sociedad más justa, donde todos/as tengamos igualdad de derechos y oportunidades y podamos en cooperación luchar contra los desafíos que se nos presenta en la vida.




REFERENCIAS
3) https://www.nodal.am/2019/10/paraguay-mas-de-300-000-hectareas-ya-fueron-consumidas-por-el-fuego-en-el-chaco/
4) Pedrozo ME, Ocampos S, Galeano R. (2014) “Casos de intoxicación aguda por plaguicidas en la colonia Puerto Pirapó, Itapúa, Paraguay, febrero de 2014”. Biomédica 2017;37:158-63. doi: http://dx.doi.org/10.7705/biomedica.v37i3.3264
5) Avila C. Monroy A (2018) “Mapeando el agronecio en Paraguay”. Base-IS. Asunción 2018.
10) https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=321224&SEO=recortes-a-salud-en-paraguay-crearan-problemas-en-el-sector
11) https://regeneracion.mx/bolsonaro-rechaza-la-ayuda-del-g7-contra-incendios-en-el-amazonas/

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