(revisión y corrección Viviana Ruiz)
El 18 de junio del 2019 en Noticias Paraguay
(Medio Informativo) una noticia afirma que ya llegan a 170 los muertos por
cuadros respiratorios, algo denominado “normal” en esas épocas del año, por la
temporada de frío. También informa que el agente más común es la influenza y
afecta al adulto mayor. El 6 de julio del mismo año, una noticia habla de que
un 75% de todas las consultas en un Hospital son por cuadros respiratorios,
donde al final también habla de las medidas a ser tomadas en cuenta.
Si 170 personas ya han muerto por cuadros
respiratorios el año pasado y un 75% de las consultas son por enfermedades
relacionadas, lo que también hace colapsar el sistema de salud, dos preguntas
me vienen a la mente:
1) ¿Por qué no se extreman las medidas de
prevención en la población y se divulgan las informaciones de manera agresiva
en esas épocas?
2) ¿Por qué no se alarma la población ante el
número tan elevado de muertes?
Los problemas respiratorios en general, tienen
distintas causas, citaré algunas de ellas (no todas):
- Infecciones virales (incluye, gripe, resfrío
común)
- Inhalación de humo (incluye quemar basura,
incendios, fumar)
- Asmáticos (nacen con un problema que los hace
enfermarse seguidamente)
- Intoxicación por sustancias tóxicas (incluye
agrotóxicos, pinturas, elementos de limpieza).
- Polvo o contaminación ambiental
Como bien dijimos, una noticia hablaba de un
75% de consultas por cuadros respiratorios, lo que no dista mucho de la
realidad del país habiendo evidencia de que los mismos fueron en aumento con el
correr de los años, producto de la contaminación de las ciudades, el humo de
los automóviles, los incendios tanto domésticos como del agro y la exposición a
agrotóxicos.
El 1ro de octubre de 2019, un NODAL (medio
informativo) comenta que la Secretaria de Emergencia Nacional emitía un informe
en el que informaba que 312.528 hectáreas ya habían sido consumidas en el chaco
paraguayo a raíz de incendios, de las cuales 1.500 personas ya habían sido
atendidas por cuadros respiratorios y conjuntivitis. De la misma manera que el
COVID-19, los cuadros son menos leves para gente joven, pero pueden y son
letales para personas de mayor edad, que también podría llevarlos a la muerte.
Las denuncias por fumigación indebida, las
intoxicaciones por agroquímicos, también son moneda corriente, un informe del
2014 apoyado por la Secretaría de Vigilancia Sanitaria (Pedrozo 2014) habla de
que un 13,7% de las intoxicaciones (respiratorias o no) reportadas en el país,
son a consecuencia de agrotóxicos.
El 93% del territorio del Alto Paraná está
sembrado, correspondiendo un 65,2% a la soja (Avila 2018). También un estudio periodístico
(Ladaga 2015) sobre agroquímicos, evidencia cómo estos son usados
indiscriminadamente por parte de los agricultores de la zona, sin un control
eficiente por parte del estado.
Tratando de contestar las preguntas, es
evidente que no existe una voluntad del gobierno de controlar los casos
respiratorios, pues si nos pusiéramos a ver que cada año, son más de 100 los
muertos/as por este tema y que las condiciones de vida en el país, los
agrotóxicos, los incendios y la quema de basura son un elemento fundamental
para que esto siga así.
La diferencia en el caso del coronavirus, es su
rápida propagación y fundamentalmente, no afecta más a la gente pobre, sino que
no hace distinción de clases, afecta a todos/as por igual, por lo que ir en
camionetas con acondicionador de aire o estar menos expuestos a las
fumigaciones, no impide que el virus pueda matar a personas en su mayoría
mayores a 60 años, sean estas de cualquier estrato social o lugar del país que
se encuentren en contacto con otras personas.
Por otro lado, la epidemia del coronavirus no
hubiera sido posible, si no existiera un intercambio tan amplio de bienes y
servicios en todo el mundo, junto a las personas que gerencian estos bienes
(empresarios/as, políticos/as, gerentes).
Los sistemas de salud, ya estaban colapsados
antes en el Paraguay, cuando desde el gobierno de Cartes se vienen dando
recortes o limitaciones en el presupuesto del Ministerio de Salud, luego del
golpe parlamentario a Fernando Lugo y el posterior gobierno de Cartes, como lo
evidencia un artículo de NODAL del 10 de setiembre del 2015. Esta situación no ha cambiado mucho con el
nuevo presidente, del mismo partido que el anterior (Partido Colorado), incluso
el ministro de Salud en noviembre del 2019 ya hablaba de los problemas que
habría por los recortes, e incluso pacientes oncológicos estaban preocupados y
manifestaban su indignación, pues veían problemas en sus tratamientos.
No hay que cambiar de ministro, no es una
solución encontrar una vacuna, el sistema de producción que pone en primer
lugar el lucro, por encima del bienestar social, que no combate los incendios
forestales (Bolsonaro rechazó ayuda para ello), no cuida las fumigaciones
indebidas y no controla las epidemias desde la prevención, sino que lucra,
junto con empresas del ramo farmacéutico, es el responsable de miles de muertes
y miles de millones de dólares en gastos de terapias cada vez más costosas y
por largos periódos de tiempo e incluso vitalicias.
La cuarentena, evitará que se dispare el pico
en verano (antes del 21 de marzo) pero no evitará que se dispare luego, lo que
podría poner en mayor riesgo a la salud en general, pues estaría dándose el
pico en la época en donde ya habitualmente se registran el mayor número de
consultas y muertes año a año.
No soy epidemiólogo, es fácil disparar desde
afuera y creerse más inteligente que quienes en este momento están luchando por
evitar un desastre, pero sí quiero emitir una opinión (errada o no) en base a
los últimos acontecimientos.
Cualquier tipo de catástrofe sanitaria era
evidente en países (como el nuestro) donde la salud pública es un negocio,
donde se recortan los presupuestos para salud y donde la enfermedad es un
negocio y la medicina es curativa, no preventiva.
Pienso que hubiera sido mejor, dejar que la
epidemia se transmita lo más rápido posible entre las personas de menor riesgo y con más defensas (jóvenes, niños/as) y guaradar cuidado con los ancianos/as, obesos, cardiópatas e inmunocomprometidos/as, hacerle frente en verano, cuando
no existe una sobrepoblación de pacientes con cuadros respiratorios y trabajar
desde ahora en políticas de prevención y control de enfermedades, por encima de
las acciones meramente paliativas, como es actualmente nuestro sistema de
salud.
Más médicos de familia, epidemiólogos, unidad
de salud de la familia, con controles domiciliarios con políticas de empleo y
seguridad alimentaria, con un cambio de sistema económico; serían una manera de
paliar el problema, de todos los que vienen y están. La cooperación como base
de la acción social, la distribución de tierras, con planes de desarrollo
social, centros de distribución, créditos a los pequeños productores, seguimiento
y asesoramiento también evitarían el desabastecimiento, el control de precios y
la dependencia de la importación.
Con una población alimentada, con vivienda y
trabajo, se pueden establecer políticas de educación, a fin de que las
políticas de salud y de información puedan ser útiles a la hora de estar ante
un escenario como el actual.
Sin embargo, el país tiene más de 1/3 de
pobreza, desempleo, analfabetismo funcional e inseguridad social. Las políticas
de salud, no son efectivas y el grito de quienes insultan y tratan de “ignorantes”
a quienes no guardan cuarentena, no soluciona el problema y lo empeora, pues la
rabia, la psicosis y el desenfreno empujan a la población a no sólo tomar
distancia física, sino también distancia social.
Debemos reflexionar todos/as, si queremos
seguir en este sistema económico individualista, que no combate los flagelos
sociales si son rentables para una minoría generando exclusión social y
violencia estructural, o queremos una sociedad más justa, donde todos/as
tengamos igualdad de derechos y oportunidades y podamos en cooperación luchar
contra los desafíos que se nos presenta en la vida.
REFERENCIAS
3) https://www.nodal.am/2019/10/paraguay-mas-de-300-000-hectareas-ya-fueron-consumidas-por-el-fuego-en-el-chaco/
4) Pedrozo ME,
Ocampos S, Galeano R. (2014) “Casos de intoxicación aguda por plaguicidas en la
colonia Puerto Pirapó, Itapúa, Paraguay, febrero de 2014”. Biomédica
2017;37:158-63. doi: http://dx.doi.org/10.7705/biomedica.v37i3.3264
5)
Avila C. Monroy A (2018) “Mapeando el agronecio en Paraguay”. Base-IS. Asunción
2018.
8) https://www.nodal.am/2015/09/paraguay-presupuesto-2016-preve-recortes-en-saludo-y-obras-publicas/
10) https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=321224&SEO=recortes-a-salud-en-paraguay-crearan-problemas-en-el-sector
11) https://regeneracion.mx/bolsonaro-rechaza-la-ayuda-del-g7-contra-incendios-en-el-amazonas/
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